La Grande Chapelle, el conjunto que fundara el inolvidable Ángel Recasens y que, desde su muerte, dirige su hijo Albert, es uno de los mejores aliados del patrimonio barroco español. Su incesante labor de rescate se traslada ahora a dos de los centros americanos que más obras españolas custodian en sus archivos, las catedrales de Guatemala y México. De allí vienen con un cargamento de obras de dos maestros poco conocidos, Torrejón y Velasco y Antonio de Salazar, compositores nacidos en España pero que trabajaron en América.