Con una bien estudiada combinación de canciones italianas y polacas de amplio abanico temporal, con páginas que van del romanticismo más lírico al postimpresionismo más destilado y con una potente novedad cual es la de Karlowicz, tan influido por la música germana, hace su aparición en estos ciclos este tenor, mozartiano de pro en sus comienzos, que ha crecido en técnica, volumen y densidad vocal y que ha llegado a la cima de sus medios, que son hoy los de un lírico de rara plenitud con soltura, estilo y línea. Es una garantía que figure junto a él Helmut Deutsch, pianista sobrio, seguro y musical.
En colaboración con el Instituto Polaco de Cultura