Dos norteamericanos y dos españoles componen este programa. Son autores que, salvando distancias, se constituyen en clásicos del siglo XX. No hay duda de que lo es Barber, cuyo postromántico Adagio para cuerdas es una página famosísima. Lo es por su parte Glass, campeón del minimalismo, que ha llevado a territorios obsesivos sus planteamientos unívocos. Su Sinfonía no 3 es de 1995. En España, Marco ha mostrado de antiguo su dominio de los más diversos géneros y sabe tratar las cuerdas con rara eficacia y adecuadas soluciones tímbricas. La sorpresa vendrá dada por la obra encargo de Sáiz, un experto francotirador.