Mosaico de voces con broche de guitarra
Lebrija cuenta con un arte imperecedero y no cesa de parir figuras que honran a sus maestros y ofrecen respeto a la tierra. La joven Anabel Valencia, uno de sus penúltimos valores, rinde honores a su tío, el cantaor Manuel de Paula, acompañada de Fernanda Peña. Tradición y ortodoxia, los mismos principios que siempre ha defendido De Paula, refrescados por la generación de la cantaora. Savia nueva también convocará la gala de ganadores del Circuito Andaluz de Jóvenes Flamencos, cuyo objetivo es fomentar las propuestas creativas de artistas de entre catorce y veinticinco años en las modalidades de cante, toque, baile y otros instrumentos. Que el granadino Antonio Gómez el Turry es un cantaor emergente lo demuestra este ciclo, al que regresa en solitario. Su cante, que sigue prestando al baile, ha crecido, como prueba su nueva grabación, Nazarí, donde se atreve con el Alegro soleá, de Morente. Lo acompañó en el proyecto el pianista Juan Carlos Garvayo (Trío Arbós), que también estará presente en esta ocasión. David y Alfredo Lagos, hermanos y nacidos en Jerez, gozan de brillantes carreras en solitario, pero a veces y por fortuna convergen, como en este Diez sentíos, un recital de cante clásico que, en el caso de Lagos, nunca será convencional: gran conocedor de estilos y variantes, otorga un tratamiento personal y adecuado con letras, algunas propias, nada habituales. Como el toque de Alfredo, de raíz clásica y, a un tiempo, contemporáneo. Lela Soto, la primera mujer de la dinastía de los Sordera de Jerez en convertirse en artista profesional, ya participó en este ciclo como miembro de esa misma dinastía. Ahora presenta su primera grabación, El fuego que llevo dentro, con la que quiere honrar su herencia y aportar renovación sin olvidar la raíz. Frescura y personalidad para reivindicar un decir propio. Más de tres décadas atrás, Mayte Martín sorprendió con su personalísimo cante: delicado y elegante, tradicional y libre, sobrio y dulce. Su trayectoria aúna creatividad y coherencia; la fiel interpretación de los clásicos, que tan bien conoce, y el regalo de sus propias creaciones. Todo en un referente que ha encontrado en la guitarra del jerezano José Gálvez el acomodo adecuado a su expresión. Diego del Morao es la tercera generación de una saga imprescindible del toque flamenco de Jerez fundada por su tío abuelo y que continuó su padre, el añorado Moraíto. Su guitarra guarda el sello familiar junto a la evolución de su prodigiosa técnica. En los últimos tiempos ha constituido fértil sociedad con Israel Fernández, el artista invitado para su noche de guitarra de concierto.
Fermín Lobatón
Instituto Andaluz del Flamenco