La música es el eco de nuestras vidas, una prolongación rítmica y melódica de una realidad que a veces se nos presenta como un lamento desgarrador o un himno elevado. Queda claro: al arte, al arte verdadero, lo mueve la emoción; lo demás son argucias pseudo artísticas vacías de alma y corazón, atajos tramposos para alcanzar una errada idea del éxito. Bien lo sabe la asociación Música en Vena, en cuya nomenclatura ya se explicita una primera declaración de intenciones: música en el rojo de una sangre que a todos nos hace iguales, en la alegría y en la tristeza. Luego esta entidad sin ánimo de lucro descubre méritos propios al compartir esta idea musical allí donde cada día se combate el dolor, en los hospitales, donde paradójicamente hay más vida que en cualquier calle o plaza de una ciudad.
Así, esta asociación lleva la música al pie de la cama del paciente, a áreas oncológicas y otras unidades hospitalarias donde es justo animar y reconocer ese hambre de vida. El Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM), compartiendo ese concepto creativo y emocional de la música, sumará esfuerzos e ilusiones en la temporada 14/15 con esta asociación, a través de un proyecto solidario que acercará a hospitales madrileños a primeras figuras de la escena concertística nacional e internacional programados en sus distintos ciclos. Será una experiencia única para pacientes, familiares y personal hospitalario, en la que la música, sin que sirva de precedente, no será lo más importante… o sí, pero a través de ese canto a la vida que conlleva. La reflexión se antoja un tanto extraña, teniendo en cuenta que el proyecto implicará a formaciones y solistas habituales en los principales teatros y auditorios internacionales.
Todos los intérpretes programados no han dudado en participar altruistamente en el proyecto, que no desinteresadamente, no, ya que han puesto todo el interés y amor en colaborar con tan hermosa iniciativa, en la que Música en Vena nos volverá a dar buen ejemplo de cómo enfrentarse a la cultura y la vida, bombeando una sangre musical que, en esta ocasión y gracias a la colaboración —también altruista— del CNDM, se traducirá en latidos artísticos puros. La programación de este proyecto solidario se desarrollará entre octubre y mayo próximos, incluyendo repertorios renacentistas y barrocos, románticos e impresionistas, obras clasicistas y algún que otro latido contemporáneo. Los recitales tendrán lugar en cuatro hospitales madrileños, el Clínico San Carlos, el Gregorio Marañón, el 12 de Octubre y el Puerta de Hierro.
El encargado de inaugurar el programa será ese violagambista, director de orquesta y eminencia en música antigua que es Jordi Savall, que comparecerá con su hijo Ferrán a la guitarra para abordar unos diálogos e improvisaciones de Oriente a Occidente. Le seguirá la violinista Viktoria Mullova, que no ha distinguido entre los aplausos de los mayores templos musicales del mundo y los que recibirá en el hospital. La violinista rusa atacará partitas y sonatas de Bach, para después pasar el testigo a ese dúo de voz y tiorba que forman la cantante Raquel Andueza y Jesús Fernández, que, por su parte, se enfrentarán al barroco de Monteverdi, Merula, Strozzi, Ferrari y Kapsberger.
El prestigioso pianista y director de orquesta alemán Christian Zacharias firmará un recital barroco entre obras de Bach, Scarlatti y el compositor y clavecinista español Antonio Soler, mientras que ese prodigio del violonchelo que es Adolfo Gutiérrez Arenas se decantará por la primera Suite para chelo solo de Bach y la tercera Suite de Britten. Adolfo anda esta temporada compartiendo partituras con la pianista Judith Jáuregui, quien también estará presente en el ciclo como solista, recreando obras de Beethoven, Debussy y Liszt. Y todavía hay más, como suele decirse; el barítono Leo Nucci, que recogió la gloria en el Teatro de la Zarzuela en el Ciclo de Lied del CNDM en la pasada temporada 13/14, con 45 minutos de propinas y el público extasiado y puesto en pie, se suma igualmente a este proyecto solidario junto a la soprano María José Moreno, con la que interpretará arias y dúos de Rigoletto de Verdi. En cuanto a formaciones destaca el Ensemble Opus 23 que dirige Andrés Salado, que abordarán el Langsamer Satz de Webern y el Octeto de Mendelssohn. Y por supuesto el Cuarteto Quiroga, con obras de Haydn y Mozart, y la Camerata del Prado, con un programa dedicado a Mozart.
Definitivamente, el CNDM y Música en Vena han diseñado, pues, una programación elevada, con la que sanar el alma y… el corazón. Y con la que dar un sentido verdadero a la música y la vida.
Pablo Sanz