Repensando y soñando el jazz
El jazz ha encontrado en el Centro Nacional de Difusión Musical (CNM) un reconfortante hogar y en cada una de sus ediciones habita un profundo amor y respeto por una diversidad de manifestaciones. En este sentido, no hay márgenes que acoten su fulgor creativo, no hay límites temporales y sí un decidido aliento por acercarnos algunas de las certezas jazzísticas del momento. Nuevamente se dan citan todas las expresiones del género, desde la vanguardia a la fusión, siempre en busca de una unión con la verdad musical. Esta premisa, junto con la derivada de un sincero compromiso con la libertad de pensamiento y acción, hace de este ciclo una programación necesaria para descubrir y redescubrir, para pensar y soñar.
La gran aventura de esta temporada arrancará con un trepidante recital a dos pianos y cuatro manos entre Fred Hersch y Sullivan Fortner. Ambos se moverán entre la modernidad y la vanguardia del género, conectándose a ese sentimiento inclasificable que aporta la libre improvisación. Los sucede luego una cantante y pianista en fulgurante ebullición, Kandace Springs, que se reivindicará rindiendo su personal homenaje a Billie Holiday. Es una artista con todos los colores de la música negra, con una voz que alienta palabras de soul, blues, Nina Simone o Ella Fitzgerald, y una pianista apreciable.
La escena internacional tendrá después justa prolongación con el flamante proyecto del trompetista Dave Douglas, cuyo decir jazzístico siempre ofrece argumentos nuevos. Acudirá en alineación de un magnífico cuarteto: la pianista Marta Warelis, el contrabajista Ingebrigt Håker Flaten y el batería Rudy Royston; y también se ampliará con la andadura de una banda ya considerada mítica, The Bad Plus, con la presencia de dos invitados de mucho vigor creativo, el pianista Craig Taborn y el saxofonista tenor Chris Potter. Juntos revisarán la obra y el legado de Keith Jarrett, en una noche tan mágica como memorable.
La excelencia jazzística española volverá a tener protagonismo, con las visitas del pianista Daahoud Salim, hijo del venerable saxofonista Abdu Salim, y la batería Lucía Martínez, que apadrinara y nos revelara hace tiempo el contrabajista Baldo Martínez. El primero, tras haber experimentado entre melodías poéticas y espirituales, ahora se desenvuelve entre descargas boperas encendidas y algo latinas, en una expresión que encuentra gestos inéditos, por la audacia de este joven. La instrumentista gallega, por su parte, presentará nuevo temario con esa banda armada durante su residencia en Berlín, The Fearless, en la que se aviva un fuego improvisador tan enérgico como poderoso.
Una temporada novedosa repensando y soñando el jazz.
Pablo Sanz
