Se llama Malia y procede de Malawi. Con estos mínimos antecedentes cualquiera pudiera considerar a esta artista como una cantante africana de jazz, pero… una mínima escucha de sus canciones concluirá definitivamente que es una cantante, primero de jazz y luego, sí, africana. Residente en Londres desde su juventud, efectivamente hay un poso musical en su voz más cercano a Billie Holiday o Bessie Smith que a Miriam Makeba. Luego, en el movimiento, su recitado adquiere texturas propias al buscar emociones vocales que, si no son nuevas, sí nos llegan diferentes, muy personales. Recientemente ha recreado en el disco Black Orchid (Universal) las canciones de otra de sus grandes referencias, Nina Simone, firmando un homenaje que se antoja valioso en canciones como Feeling Good o My Baby Just Cares for Me, e imprescindible en temas como He Ain’t Comin’ Home No More. No es una voz nueva, pero ahora será una voz para siempre.