La mezzosoprano Elena Gragera es un ejemplo aún infrecuente entre los cantantes españoles, pues tiene una singular vocación por la música vocal de cámara. Su registro medio es el más indicado al mismo, ya que es el más próximo a la voz hablada. A una depurada musicalidad, la intérprete suma su especial cultura lingüística, que le permite recorrer repertorios en castellano lo mismo que en alemán y francés.
En el programa previsto se reúnen canciones escritas por hombres y mujeres que compartieron arte y apellido: de Schumann y su mujer Clara Wieck, sencial pianista en la obra schumanniana; de Mendelssohn y su hermana Fanny, con quien aprendió el arte día a día y de Mahler con su apasionada y borrascosa compañera Alma Schindler, que tanto le inspiró y tanto se dejó inspirar por Gustav.