En el primer concierto del Cuarteto de Jerusalén sonaron los tres cuartetos para cuerdas impares de Bartók. Ahora lo harán los pares. El conjunto israelí, que tiene un contrato en exclusiva con el sello Harmonia Mundi, poseedor de varios premios internacionales por sus grabaciones, se sumergirá en las páginas del lúgubre Cuarteto nº 2, compuesto durante la Primera Guerra Mundial, del nº 4 con sus nuevos hallazgos formales y del nº 6, en el que Bartók modera su afán de experimentación poco antes de emigrar a los EEUU.