Olivier Latry, organista de Notre Dame de París, cierra después de 19 conciertos este gran corpus que es la obra para órgano de J.S. Bach. Su carrera pasará sin duda al legado de los grandes organistas de la historia. El mismísimo Olivier Messiaen dijo de él que era el nuevo Marcel Dupré de su tiempo, gran intérprete, gran improvisador y gran pedagogo. El concierto comienza con el Preludio y fuga en re menor, BWV 539 cuya fuga es la transcripción de la fuga para violín de la Sonata en sol menor, BWV 1001. Destaca el cierre circular de estos conciertos con la Toccata y fuga en re menor ‘Dórica’, BWV 538. Con la “otra” Toccata y fuga en re menor, BWV 565, se inició este apasionante proyecto en octubre de 2014, a cargo de otro francés, el gran Michel Bouvard.