El primer gran ciclo de Schubert, Die schöne Müllerin, como el segundo, Winterreise, sobre poemas de Wilhelm Müller, es el inicio de un largo viaje, al principio optimista, en busca del amor; un traslado confiado, efusivo y soñador que pronto verá enturbiadas su expectativas ante los desaires. Un sinfín de emociones, de nuevas experiencias que nos irá contando el protagonista de viva voz desde la alegre partida (Das Wandern) hasta la posta final, la casi fúnebre Das Baches Wiegenlied. La peripecia estará en la voz del fino estilista que es Padmore, que une la efusión al dominio del acento y de los reguladores.