En 1991, una película de Alain Corneau hizo efímeramente famosos a dos grandes violistas de la Francia de finales del XVII, Monsieur de Sainte-Colombe y su alumno (por unos meses sólo) Marin Marais. Gran parte del éxito de la película se debió sin duda a su banda sonora, que seleccionó y arregló Jordi Savall. Éste se reúne con el clavecinista y organista Michael Behringer, el violagambista Philippe Pierlot y el tiorbista y guitarrista Rolf Lislevand para volver sobre las fantasías, arias, danzas, marchas, preludios y otras piezas que sedujeron a miles de cinéfilos hace más de un cuarto de siglo.