Poca necesidad hay aquí de presentar al Cuarteto Granados y a sus destacados miembros. El programa promete: las Metamorfosis nocturnas son una pieza importante del período húngaro de Ligeti. Sus doce breves secciones se articulan con un motivo de cuatro notas una y otra vez variado o “metamorfoseado”, mientras que el primer cuarteto de Bartók viene a ser en parte algo así como un testimonio de un amor no correspondido. Entre ambas piezas se halla un nuevo encargo del CNDM, esta vez al compositor bilbaíno Gabriel Erkoreka, presente también en la siguiente edición del festival que organiza la Sociedad Internacional de Música Contemporánea en Pekín.