La intérprete y compositora de talante feminista Ute Lemper, formada según ella misma en la cocina expresionista de la República de Weimar, ha encontrado campo abonado para el cultivo del repertorio de entreguerras, es decir, de lo que se entiende por Kampflyrik o lírica de combate. Pertenecen a éste la inmensa mayoría de los Lieder de Eisler, de Weill, y la música de Erwin Schulhoff, asesinado en un campo de concentración. En este programa prevalece la intención de despertar la conciencia crítica del oyente para destapar el lánguido y socarrón acomodamiento de una burguesía indiferente a los hechos político-sociales de la época. El odio hacia el aburguesamiento lo comparte también el compendio de canciones francófonas de Asso, Emer y Brel, que hablan en su mayoría de personas marginadas. Y marginado lo fue también el tango, y la música de Piazzolla antes de alcanzar fama mundial. Un contenido idóneo para iniciar el conjunto de conciertos denominado Músicas degeneradas y proseguir con el ciclo Fronteras.