Nos encontramos de nuevo con Brahms, en una hermosa selección de cuatro conocidas y reconocidas canciones, inscritas en el centro de un programa que tiene dos caras. Y también aquí música francesa, aunque de otro cariz, el del ágil y refrescante Poulenc, bien retratado en su ciclo Banalités, y el del refinado y nostálgico Duparc, de melodismo tan personal. Muy distinta es la segunda mitad de la sesión, donde habitan el finlandés Aulis Sallinen, de estilo ecléctico y mesurado, y el austriaco tardorromántico Joseph Marx, epígono de Schumann y, sin duda, emparentado con el compositor citado en primer lugar.