En la página web del director de orquesta suizo Baldur Brönnimann se lee lo siguiente: “Brönnimann es un director de orquesta con gran flexibilidad, un enfoque abierto y una afinidad en particular con las partituras contemporáneas más complejas”. Y desde luego, complejas son las tres obras que tendrá que ensayar a fondo con los jóvenes músicos de la Sinfonietta de la Escuela de Música Reina Sofía. Juntos habrán de afrontar diversos pasajes de texturas muy densas en el Octeto de Widmann, el peliagudo puntillismo del Concierto de cámara de Ligeti y por último el arreglo para 16 instrumentos que el propio Lindberg realizó de su pieza para orquesta Arena II.

En coproducción con la Fundación Museo Reina Sofía, la Escuela de Música Reina Sofía y en colaboración con la Fundación Cisneros