Desde siempre y con especial intensidad, el público de Madrid goza del arte de Goerne disfrutando con él toda la amplitud del repertorio germánico en las distintas fases del Romanticismo. Allí ha sabido oscurecer su voz en el lamento nocturno como aclararla para la diurna confidencia, siempre con la misma intensidad del detalle y la intención.
Este programa tiene la aguda propuesta de alternar a Schumann y Mahler, seleccionando aquellas páginas del primero que anticipan al segundo. En efecto, Schumann es la cúspide de la canción romántica así como el esbozo de su ocaso a favor de una herencia que exploró las propias experimentaciones schumannianas en cuanto a fragmento y anhelo sin palabras, es decir, lo que hizo Mahler en su momento.