Este joven barítono austriaco es bien conocido por el público vienés, ante el cual ha comparecido en numerosas ocasiones. Boesch alterna habitualmente la escena operística con conciertos, formato por el que lo conocimos en Madrid dentro de este mismo ciclo hace dos temporadas. Dentro de la canción de cámara destacan sus presentaciones en la Schubertiade de Schwarzenberg, en el registro integral de Schubert para la Deutsche Edition del sello Naxos y en el ciclo Viaje de invierno del mismo autor, que interpretó por diversas sedes norteamericanas. Su querencia schubertiana es notoria, dominando el repertorio con sensibilidad y falta de rigidez.
La bella molinera, ciclo compuesto por Schubert en 1823 sobre poemas de Wilhelm Müller, consta de veinte números que narran la historia de un vagabundo, solitario y alegre, que pasea junto a un arroyo y descubre a la chica del título. Enamorado, lo declara cantando mientras advierte que ella ni se entera de su existencia. Melancolía y despedida cierran el cuento, donde el amor romántico, a distancia, ideal, no vivido y sin embargo motivo de nostalgia, se vuelve música.