No cabe duda de que el Emerson es uno de los grandes cuartetos de nuestro tiempo. Lectores de referencia de Beethoven o Shostakóvich, lo que no resulta tan habitual es que aparezcan –entre nosotros o por el mundo adelante con un programa como el que proponen en este ciclo dedicado a Benjamin Britten. Y no tanto por las obras del autor de Peter Grimes que contiene su recital sino por el hecho de acompañarlas con una Fantasía y una Chacona de Henry Purcell, su lejano antecesor. La coherencia es total, pues ya sabemos de la admiración de Britten por el autor de Dido y Eneas y de cómo escribió una de sus obras maestras en la Chacona que corona su Cuarteto nº 2, aunque aún quedaría ese milagro que es la Passacaglia –esa forma tan britteniana- del Tercero.