Por encima de controversias, disputas, réplicas y contrarréplicas, la música ibérica de la primera mitad del XVIII vive en un diálogo constante con las composiciones italianas. Incluso en el severo y grave recinto del templo, las formas y estilos musicales gestados en Nápoles, Venecia o Roma interactúan y se funden con los géneros “autóctonos” para escándalo de unos y, por lo que parece, deleite de los más. El programa de este concierto ahonda en ese proceso, partiendo de Alessandro Scarlatti y Antonio Caldara y desembocando en la época salmantina de Iribarren y en Juan de Aragüés, cuya Salve a cinco bien pudiera haberse escrito contemplando el Tirreno.