Concierto IV: Eje Viena-Moscú
Será el legendario Cuarteto Borodin el que complete el op. 33 de Haydn, cuyo nº 1 posee un carácter meditativo que hace pensar en lo que el ciclo posee de obra madura. Las tres últimas sonatas para piano de Beethoven, aquí de la mano de la gran dama rusa del piano Elisabeth Leonskaja, son obras no ya de madurez sino testamentarias por lo que tienen de culminación, con los últimos cuartetos, de una obra inmensa: audacia, hondura, ausencia de formalismo en beneficio de la expresión más libre. Y el Quinteto para piano y cuerda de Medtner para cerrar el programa que ocupó a su autor cuarenta años y sus pretextos van de la literatura de Andrei Biely al Dies Irae.