Sabine Meyer es “la” clarinetista del momento, una concertista aplaudida y solicitada tanto por orquestas como por grupos de cámara. Famosa es la anécdota que protagonizó junto a Karajan en los años 80, cuando el director venció a todas las resistencias que cuestionaban la incorporación de Meyer en la Filarmónica de Berlín. Hoy nadie discute su hegemonía como clarinetista, aquí convocada junto al Alliage Quintett, el cuarteto de saxofones y piano con el que grabó hace dos años el disco Fantasía con obras de Bernstein, Paul Dukas, Shostakóvich y Stravinski.