Pocas oportunidades como esta permitirán vivir tan de cerca a una de las grandísimas divas actuales del violín, a aquella niña prodigio que a los ocho años de edad compartió escenario con la Filarmónica de Nueva York. Ha mucho que Sarah Chang se ha establecido en lo más alto del ranking internacional de los grandes intérpretes. Junto al pianista Ashley Wass abordará un programa ecléctico con escalas en Italia, Estados Unidos y Argentina. Este singular viaje finalizará con el arreglo para violín y piano de las Estaciones porteñas de Leonid Desyatnikov, siempre y cuando el público deje marchar a la violinista americana sin pedirle uno de sus cautivadores bises.