La lira de Orfeo, para violín solista, percusión y orquesta de cuerdas, un ejercicio reciente de lo que su autora, la compositora rusa Sofia Gubaidulina, denomina “la recomposición de la integridad espiritual a través de la composición musical”, abre este concierto, al que también pertenecen un encargo del CNDM para el ecléctico y sorprendente José Luis Greco, y el Cuarteto nº 8 de Shostakóvich, en un arreglo para orquesta de cuerdas realizado por su alumno Rudolf Barshai conocido como la Sinfonía de Cámara en do menor. El buen hacer del Atelier Gombau asegura una interpretación del más alto nivel.