Fue para sus primeras Navidades en Leipzig, las de 1723, para las que Bach escribió el Magnificat, su primera gran composición sobre un texto latino. En aquella primera versión, el autor añadió una serie de interpolaciones navideñas en alemán. Cuando en 1732 revisó la partitura, no sólo la cambió de tonalidad, sino que eliminó esos himnos vernáculos. Václav Luks contrasta esta magnífica obra bachiana con música de Zelenka, director de la música sacra en Dresde desde 1729 y uno de los contemporáneos de Bach que mejor resisten la comparación con él por la originalidad y la profundidad de su armonía.